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Foto del escritorazyadehbravo

Mujeres Indígenas: del olvido a la atención prioritaria.


En febrero de 1995, mediante la resolución A/RES/49/214, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió el día 9 de agosto como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, con el objetivo de dar a conocer las necesidades de estos grupos de la población. Este año 2023 el lema es: "Juventud Indígena, agente de cambio hacia la autodeterminación".


De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo existen cerca de 476 millones de #indígenas (casi 5% de la población mundial) quienes se encuentran entre los más desfavorecidos y pobres del mundo. El Banco Mundial ha señalado que la esperanza de vida de la población indígenas es hasta 20 años inferior a la de las personas no indígenas.


La ONU, con base en el “Convenio sobre pueblos indígenas y tribales 169” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha destacado que 32% de los adultos indígenas que trabajan no cuentan con ningún nivel de estudio y que “7% de las mujeres indígenas vive con menos de $1.90 dólares diarios.


Entre otros desafíos, gran parte de la población indígena del mundo vive las siguientes situaciones:

1. Pobreza

2. Desnutrición

3. Analfabetismo o bajo nivel escolar

4. Poco o nulo acceso a servicios de salud

5. Discriminación

6. Limitada participación en el mercado laboral formal

7. Migración de sus regiones de origen hacia las grandes urbes

8. Desamparo por falta de vivienda

9. Aislamiento por la dificultad de comunicarse

10. Dificultades para acceder a procesos judiciales que tomen en cuenta su lengua o respeten sus usos y costumbres

11. Insuficiente respeto a sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.


Para el caso de las mujeres, además de los desafíos anteriormente descritos, existen otros inconvenientes como la obligación de realizar el trabajo no remunerado del hogar, el cuidado de niños y familiares mayores o con discapacidad, la violencia doméstica, así como la negación del derecho de participar en la esfera pública.


En América Latina y el Caribe hay 54.8 millones de indígenas (28 millones son hombres y 26 millones son mujeres. La OIT ha informado que los indígenas de esta región constituyen casi 30% de las personas en pobreza extrema, “la mayor proporción entre todas las regiones (del mundo).”


Cifras del Censo de Población 2020 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), señalan que en México existen 68 pueblos indígenas. “En 2020, la población total en hogares indígenas era de 11,800,247 personas, lo que equivale a 9.4 % de la población total del país” (51.1% son mujeres y 48.9% son hombres).


El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), estima que “73.2 por ciento de la población indígena vive en situación de pobreza”. En México, la población de 15 años y más, hablante de lengua indígena, cuenta con un nivel de escolaridad promedio de 6.2 grados (lo que equivale a haber estudiado la primaria completa). El INEGI ha reportado que la población de 15 años y más hablante de lengua indígena tiene una tasa de analfabetismo de 20.9%, algo que contrasta fuertemente con los no hablantes de lenguas indígenas donde el analfabetismo es de 3.6%.


En 2020, 79.2% de los hombres hablantes de lengua indígena y 42.8% de las mujeres hablantes de lengua indígena declararon ser económicamente activos. Y de acuerdo con la ONU, 86% de las poblaciones de los pueblos originarios lo hacen en la informalidad.


Desafortunadamente, las mujeres indígenas son las que sufren las mayores carencias. Como lo ha reportado el Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos Indígenas (IWGIA, por sus siglas en inglés), su nivel de analfabetismo es de 64.6%, lo cual, junto con un elevado nivel de fecundidad, conduce a que las mujeres tengan poca participación en el ámbito económico, siendo que la tasa de ocupación es de 17.7% frente a 22.9% de las mujeres no indígenas. Adicionalmente, 59% de las mujeres indígenas han sufrido alguna forma de violencia intrafamiliar como lo ha advertido el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).


Si bien existen múltiples estrategias que se pueden (y deben) ejecutar para reducir los rezagos que afectan a este grupo de la población tan históricamente marginado, les dejo algunas reflexiones sobre acciones en concreto que se pueden efectuar para lograr este objetivo:

1. Los gobiernos deberán evitar “resolver los problemas” de la población indígena sin considerar su opinión. Es importante realizar consultas para garantizar que se les cumplan todos sus derechos, particularmente los de las niñas y mujeres indígenas.

2. Transversalizar la perspectiva indígena en la política pública de los países.

3. Todos los sectores de la sociedad deberán contribuir a la reactivación de la economía local, promoviendo los productos de la población indígena.

4. Impulsar el turismo cultural, para revalorizar los productos elaborados por las poblaciones indígenas y favorecer a la preservación de sus conocimientos ancestrales.

5. Los Ministerios de Educación, y todas las instituciones educativas, deberán impulsar programas para aprendizaje de lenguas indígenas, no solamente para evitar su extinción sino para integrar a las comunidades hablantes.

6. Los gobiernos, en alianza con el sector privado y el tercer sector, podrían desarrollar programas enfocados en reducir los rezagos existentes en salud, educación y empleo de las poblaciones indígenas.

7. Los gobiernos y organismos internacionales deberán tener registros actualizados de la situación de la población indígena, ya que el olvido a estos grupos se aprecia desde las pocas estadísticas disponibles en la materia.



Fuentes:



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